Siempre hemos creído que la mayor diferenciación está y estará en la tierra, configurar nuestra colección de viñedo ha sido la tarea fundamental durante estos últimos veinte años, es el gran pilar donde se sustenta todo lo que somos y todo lo que nos diferencia.
El verdadero Terruño no lo marcan los limites impuestos por una DO, es un recurso muy limitado y todos sabemos, sobretodo los que nos hemos criado aquí y llevamos toda la vida en este complejo territorio a orillas del Duero, que no todo vale, que los limites que se dibujan sobre un papel no se corresponden con los que ha dibujado la naturaleza.
A la hora de contemplar un vino debemos "vestirnos por los pies" y saber que lo primero es lo primero.
Nos mueve la idea de imprimir personalidad en todo lo que hacemos y elaborar con la pasión de demostrar que no está todo dicho con las variedades que vinificamos.
Nuestra Forma de ver este mundo nos ha llevado a "saltar" muchas barreras que existen y encasillan a los vinos bajo parámetros que interrumpen la sensisibilidad de elaborar uvas increíbles de terruños muy limitados en una zona que ha perdido el respeto por la tierra en la que todo vale.
Aún seguimos trabajando por esa libertad de elaborar por pasión manteniendo esa tradición, que jamás se debe perder, pero teniendo el descaro de hacer los vinos que queremos, sin importar nada más, siempre en la búsqueda de la expresión más perfecta e inefable de cada uno de nuestros vinos, sin poner limites al potencial que nos ofrece nuestro terruño.
La uva es un "ser vivo" que se expresa y como tal nos debemos a ella con una mente abierta y sin prejuicios.